Qué hago...

Qué hago con esta forma de morirme de a poquito?
Con las espadas de tu silencio clavadas en mi garganta?
Qué hago con las lágrimas que ya no existen, y con el vapor de mi risa que se esfumó?
Qué hago con mis huesos tan gastados de tanto temblor?
Qué hago con tanto de tu ausencia revistiendo mi piel?
Qué hago con las candelillas que se agotaron para dejarme un disfraz oscuro?
Me oculto? Me derrocho en conjeturas? Me incrusto espinas bajo las uñas?
Tal vez la mejor solución es recordar que no eres un apéndice de mi, y que te puedo arrancar como una mala hierba y ya está.
O rompo el silencio con un majestuoso silbido? Y aplasto la innecesaria costumbre de penar. Un nuevo tapiz quedara bien en mis paredes y en mi piel. Ya salgo a buscarlo.

Quién?

Quién?
Quién me tiene prisionera en un abrazo? Un abrazo de tibieza, de sismos, de aromas peregrinos, de cantos de gloria.
Quién me tiene perdida? Perdida en tierras de fuego, en horizontes inmediatos, en la cúspide misma del Olimpo, con todo y sus dioses.
Quién tiembla en mis restos? Porque ya no soy la que solía, pues perdí la cordura a esa dama aburrida y quieta no la quiero conmigo.
Quién con sus modos profundos y azules de silencio me perfecciona el rostro a punta de sonrisas y la vida a fuerza de milagros?
Quién llega a mi piel como manantial de agua clara y a la vez de llama encendida para hacerme sentir que la eternidad existe?
Quién muerde mi cuello e inyecta en mi sangre una nueva naturaleza inmortal e infinita dónde vivo sublime y vaporosa, donde no puedo rozar el suelo?
Quién con sus dedos me reconstruye la vida, me redibuja los pliegues, me desordena la razón?
Quién es el halcón que sobrevuela mi nido y posa su estallido de versos para guardarlos secretamente, profundamente en mi núcleo?
Ese quién, eres tu quijote de mi historia, vamos que los molinos no son suficientes para quebrantar esta forma de amarnos.

Decretos...

Invento un himno de ecos, murmullos y suspiritos que hagan temblar la tierra.
Ah la vida tan perfecta, tan sabia, tan docta en sus asuntos…

Y quién dice que el destino es incierto si para mí está tan claro… ser feliz es una doctrina más que azar, aunque hay quien pretende jugárselo a los dados.
Yo prefiero decretarlo, porque la palabra materializa hechos, inventa y crea espacios, erige fortalezas de cristal y aniquila ángeles de barro.

Abro mis brazos y recibo fortunas, sortilegios blancos, hechizos de colores, porque en mi rostro existe una forma de alumbrar el universo: mi sonrisa limpia, mis labios cantarines, mis ojos resplandecientes.

Soy mi propia luz, mi propio horizonte y en la plenitud de este descubrimiento puedo elevarme vaporosa, fluida y esparcirme como puntos luminosos, así que respírame, inhala mis enigmas, y hagamos una ronda mágica, como de brujas blancas. Qué te cobijaré en mi seno y besaré tus sienes, te daré agua clara en vasijas de espejo, así podremos vernos, y en la euforia de romper el día, con mis huesos fuertes, y mis pies incansables podremos trascender.

Estoy...

Huele a hierbas la mañana, y el frio cala mis huesos… pero al saborear este nuevo día intento perpetuo de ser inmortal puedo entender la paradoja de la paz.

Se amplía la luz de mi cara en una sonrisa infinita, sin fantasmas de por medio, sólo claridad y resplandor.

He encontrado motivos, los motivos del mundo, los de la superficie, los del universo entero, los de la luz, los del amor, y hasta los de la soledad.

Habito plenamente en mí, sin más sentimiento humano cruzándome la cara que el deseo hondo y permanente de disfrutar cada segundo, de palpitar placentera y bulliciosamente, de robarme los soles y seducir con mis ojos a todas las razas del planeta.

Estoy, soy, resplandezco y me lleno los labios del sabor cálido de la albahaca, hasta que sale humo de mi boca e impregno el aire de fragancias mezcladas.

Soy… me eternizo, me desdoblo, miro al frente y continuo con mi mantra y mi doctrina… no hay otra recompensa que la de ser yo misma.

Sigo aquí...

Y sigo aquí adherida a la tarde con el sabor de helado de ron con pasas acariciándome el paladar, aunque prefiero el gusto de tu boca que jamás he probado…

Miro la lluvia que cae con sus gotones fuertes y libertinos, inundan mi calle, oscurecen mi cielo…

Adonde fuiste ser de magia? Porque aunque no lo parezca también es mi asunto, pues te llevaste mis suspiros contigo y quiero que los devuelvas. Porque aún en mi espera artificial también soy de carne y para colmo de hueso, de médula y núcleo y aunque no quiera, aunque me resista, padezco tu abandono. Es que hasta la novela de vampiros y mi música favorita me estorban.

Porque no llegas? No importa que no me mires, o hables, ni siquiera que sonrías, sólo quiero saberte allí en el rincón de siempre con las luces apagadas y sin sombras, pero ahí. Mira que esta quietud de muerte me asfixia, mira que esta calma de olvido me envenena.

Ya no tengo fuerzas para invocarte, ni voz, ni canto, ni baile, ni brillo en los ojos… pero te espero.

Y si llegas tarde, si acaso llegas tarde, te pido un último favor, apaga las velas y baja el telón.

Intentos…

Intento reflejar mi espíritu en el cristal de tu fuego, pero el reflejo no aparece y tu fuego no quema.
Intento mediar con la palabra precisa, con la mirada acertada, con la conciencia despierta, pero las palabras no hacen eco, la mirada se desvía, la conciencia se asfixia.
Intento ser volcán llegar hasta ti y mellar tus huesos, palpitar en tus secretos, pero de un soplo el ímpetu se vuelve cenizas o espuma pues te disfrazas de viento fuerte y soplas en mi dirección.
Intento rescatarme, recuperar la sagrada forma de ser arcana de mi historia, pero tu pincel me dibuja de otra forma y no me encuentro.
Y entre intento, y más intentos se va pasando el tiempo, y sin saber bien que hago me desvanezco, me apago, desaparezco.

Cómo?...

Cómo disipar los recuerdos si nunca pasó nada? Si de la inexistencia de palabras, gestos o amor se embebió mi cuerpo. Cómo vivir el duelo? sencillamente no hay difuntos, sólo amor desperdigado en el viento, sólo pasión que no arrebató el alma, q no incineró los cercos ni los caminos. Cómo te arranco? si jamás fuiste.
Cómo me lleno de lagrimas sin sal o agua y sin dolor? Cómo borro de mi mente memorias aparentes? Cómo me desato de ti? Simplemente no habitas en mi piel, en mi sangre, ni en mi fuego, en mi luz, ni oscuridad, ni mis huesos, ni sonrisa, no estás… explícitamente no estás.

Invocación...

Invoco la luz, tu nombre, el resplandor de las estrellas reflejado en tu mirada, la sonrisa de ángel de tus labios, la calidez divina de tus manos. Desde nuestro mundo de magia infinita hazte presente, accesible, palpable, tangible, real… regálame motivos para soñar despierta, para detonar las barreras que no nos deja existir, basta de mundos paralelos, basta de roces ficticios.
Invoco la sal de tus lágrimas, el sudor de tu frente, tu respiración en mis mejillas, ven y eclipsa las razones, los recatos, la monotonía…. Ven!

Urgencia...

Lentamente iré desprendiendo mi amor, derramándolo con mis manos inquietas… mi cuerpo sólo conoce un lenguaje de expresión, misterio inaudito pero certero y armonioso. Llegaré a ti resplandeciente, irreverente, irreligiosa… genuina.

Aún nos espero gastándonos a besos, muriendo poco a poco, allanándonos la piel, estallando, enloqueciendo… De manera urgente quiero amarte, saciar la urgencia que me consume, mezclarnos, poseernos y desmayar después de tanto fuego.

Voy cayendo...

Persigo horizontes inciertos, formas, caminos, auroras y desventuras. Persigo tus ojos y tu forma de llenarme el corazón de esperanzas y los pies de alas. Que no puedo ser la misma que soy en las historias que inventamos cada noche, porque en tu ausencia se me acaba la magia por fragmentos y mis labios huelgan las sonrisas. Que en tu presencia está la síntesis absoluta de mi fe. No soy más que un lienzo que en tus manos cobra vida, dibújame una forma de mirar distinto que arroje luces y escarchas. Y lléname el espacio de los cambios del mar, de las tormentas. No me sueltes que se me enfría el aliento.

Yo...

No pretendo ser sutil, ni indiferente, ni sobria, ni sombría, tampoco fugitiva, frágil, fugaz o temporal y mucho menos breve… pretendo ser quién soy así con mi perpetua forma de dar abrigo, con mis secretos escapando por las rendijas de mis ojos, tan cercana, tan implícita, evidente y consecuente. Ser yo con mis redundantes defectos pero yo, no otra, no una parecida, o una más amable, ni menos escondida, ni más guapa, ni más ilustre, ni con menos alas de seda, ni con menos vuelos de arcoíris, tampoco febril, exquisita o sabia, simplemente mujer, profana, insensata, inoportuna, temeraria y desquiciada, porque al fin y al cabo para eso respiro.

será?...

Qué pecado el de mi ausencia, el de mi cobardía, el de mi temor a amarte…
Y si el tiempo se me va… y si te vas tú de mi tiempo… y si el miedo me ata tanto los pies que no me deje volar para estamparte el beso que mis labios necesitan, Y si muero sin besarte será que Dios me perdona?…
Y si mi piel no te roza, o mi mirada no se cruza con la tuya, y si mis dedos no se enredan en tu pelo, y si no te digo que me robas el aliento, será que la luna me indulte?...
Y si me seco tanto, tanto que no queden ni lagrimas en mi cuerpo, ni agua, ni sangre, ni gemidos, será que yo me absuelvo?
Será que me grito que puedo
Será que reconozco que quiero
Será que libero mis sospechas, mis vínculos, y dejo de amarte en silencio?
Será que invoco a gritos el valor para amarte sin recelos?
Será? Tal vez aún no…

Magia...

Me escabullo, con mis pies espumosos me voy. Sólo oigo el aleteo virtual: mariposas? Avecillas? Tu? O yo? En fin que importa, es el sonido del amanecer, eco de mi voz y la tuya.
La magia sencillamente existe, así cotidiana sin explicación, sin tantas definiciones pero tan real y palpable que impregna el aire, que hechiza, que nos hace detonar en catarsis melódicas.
Así es la magia, pequeña ante ojos necios y ciegos o tal vez sordos, pero inmensa y contundente ante ti y ante mí, y ya no paremos de reír que en nuestras risas está el remedio para salvar al mundo de la zarpa desmedida, de terremotos y volcanes.
Anda acompáñame, con tus brazos y garganta, apoderémonos del mundo y hagamos paraísos a escala, que ya se unirán los ogros y se convencerán que el mundo vale la pena.

Llueve en mi ciudad...

Llueve en mi ciudad, es que secretamente me escape a un jardín mágico y robé un poco de lluvia, no la suficiente, pero si la necesaria para sembrarla y cosecharla más tarde.
Sabina me colé en tu patio con todo y sus hadas, duendes y magos, y como tú dormías te vimos por los cristales respirar y cantando en sueños, y tus canciones animaron la fiesta, y mi ser de tierra, de fuego y de luz descubrió, que las alas aún cuando son de seda sirven para volar, y que los sueños aun siendo fantasías sirven para vivir, y nos llenamos de risas, bailes y cantos, hasta que exhaustos decidimos descansar en las ramas, no sin antes decirte felices sueños y gracias por darle color a la historia.

Espejo...

Qué extraño verme en un espejo que no buscaba, que no esperaba, pero que me habló, que me dijo que podía sonreír, sin temer. En ese espejo me veo y tiemblo, pues me reconozco en mis propios enigmas, bipolaridades; y puedo ser genuina, pues el espejo me dice quién soy y me deja ser libre.
El espejo se acerca me susurra secretos al oído, y se prenden las lámparas en mis ojos, sonrío como a él le gusta, y me duele la mandíbula de tanto reír, porque la risa no sólo se dibuja en mis labios, sino me ilumina el rostro, me cruza las venas y baila en mis pies, la risa me contagia, me encumbra, me desbarata de tantos compases.
Y yo danzando en la melodía de mi risa infinita, sonora y encantada, y a la luz de mi espejo me entrego, a la fiesta de mi yo reflejado en él.

Roca...

Me pides palabras, frases, y yo escribo sobre ti, yo te doy suspiros, te regalo sonrisas que es mi idioma elemental. Y te digo así fuerte y en mi idioma de risas, suspiros y canciones, que eres fuente vital de la lluvia, si eso quieres ser. Eres fuego y abrigo si lo crees así, eres temblor de tierra, alegría de aire, memoria del viento.
Eres y serás lo que tu corazón indique, lo que tu paso marque, lo que tu sangre crea,
Si dejas de soñar, de reír y cautivar será la pérdida del mundo, será tristeza y luto, pues tu energía no es espejismo si en eso crees…
Así que está en tus manos, ser como un diamante perfecto y cristalino, o ser una roca más…

Fuga...

En esta ventana se va colando la noche, hay una suerte de mariposas revoloteando en mi cabeza bañándome con un ritual de pétalos desesperados. Cual Diosa fértil de capullos dorados te espero en una ceremonia de profunda humedad, te sospecho en el aire vacío de la madrugada coronando mi cabeza de risas… te acojo entre mis alas épicas.

El viento con su brisa sutil rodea este espacio, nos arrastra. Se puede volar perpetuamente.

Sólo el mar y sus lágrimas sazonadas podrán romper esta fuga. Que no rompa el día nuestro vuelo, ni pisen mis huellas tu silencio.

mmm...

Hazme pisar fuerte, que no tiemble tu voz.
Grita verdades que laceren la tonta facultad de mentir.
Estoy aquí para verme, descubrirme, odiarme.
No me sostengas, no mitigues mis miedos.
Déjame ser, respirarme con profundidad.
Que las sombras ya cubren mis raíces y este hastió nutre lo que vendrá.
No me ames.

Mil formas...

Te amo de mil formas distintas, inquietas, intensas...
Te amo con todos mis sentidos al descubierto,
con todos los suspiros imaginables,
con la madurez y veracidad de todo lo que significa el amor,
con mis manos, mi boca y mi vientre,
con mis silencios y gritos,
con mi rebeldía y agonía,
con mis brasas, con el indecoro necesario,
con la dignidad del espíritu, con la levedad del viento,
con la solemnidad del caso… en fin como no amarte si este amor es mi respiración.