domingo, 11 de julio de 2010

Magia...


Me escabullo, con mis pies espumosos me voy. Sólo oigo el aleteo virtual: mariposas? Avecillas? Tu? O yo? En fin que importa, es el sonido del amanecer, eco de mi voz y la tuya.
La magia sencillamente existe, así cotidiana sin explicación, sin tantas definiciones pero tan real y palpable que impregna el aire, que hechiza, que nos hace detonar en catarsis melódicas.
Así es la magia, pequeña ante ojos necios y ciegos o tal vez sordos, pero inmensa y contundente ante ti y ante mí, y ya no paremos de reír que en nuestras risas está el remedio para salvar al mundo de la zarpa desmedida, de terremotos y volcanes.
Anda acompáñame, con tus brazos y garganta, apoderémonos del mundo y hagamos paraísos a escala, que ya se unirán los ogros y se convencerán que el mundo vale la pena.

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