lunes, 19 de julio de 2010

Sigo aquí...


Y sigo aquí adherida a la tarde con el sabor de helado de ron con pasas acariciándome el paladar, aunque prefiero el gusto de tu boca que jamás he probado…

Miro la lluvia que cae con sus gotones fuertes y libertinos, inundan mi calle, oscurecen mi cielo…

Adonde fuiste ser de magia? Porque aunque no lo parezca también es mi asunto, pues te llevaste mis suspiros contigo y quiero que los devuelvas. Porque aún en mi espera artificial también soy de carne y para colmo de hueso, de médula y núcleo y aunque no quiera, aunque me resista, padezco tu abandono. Es que hasta la novela de vampiros y mi música favorita me estorban.

Porque no llegas? No importa que no me mires, o hables, ni siquiera que sonrías, sólo quiero saberte allí en el rincón de siempre con las luces apagadas y sin sombras, pero ahí. Mira que esta quietud de muerte me asfixia, mira que esta calma de olvido me envenena.

Ya no tengo fuerzas para invocarte, ni voz, ni canto, ni baile, ni brillo en los ojos… pero te espero.

Y si llegas tarde, si acaso llegas tarde, te pido un último favor, apaga las velas y baja el telón.

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