domingo, 11 de julio de 2010

Llueve en mi ciudad...


Llueve en mi ciudad, es que secretamente me escape a un jardín mágico y robé un poco de lluvia, no la suficiente, pero si la necesaria para sembrarla y cosecharla más tarde.
Sabina me colé en tu patio con todo y sus hadas, duendes y magos, y como tú dormías te vimos por los cristales respirar y cantando en sueños, y tus canciones animaron la fiesta, y mi ser de tierra, de fuego y de luz descubrió, que las alas aún cuando son de seda sirven para volar, y que los sueños aun siendo fantasías sirven para vivir, y nos llenamos de risas, bailes y cantos, hasta que exhaustos decidimos descansar en las ramas, no sin antes decirte felices sueños y gracias por darle color a la historia.

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